7.4.11

A José Zúñiga, conocido y desconocido

Morirse es un dolor para los otros,
la pena del que queda solitario
para calmar la rabia de los potros
y defender la luz del campanario.
Morirse es un recuerdo y un aviso
para los que se olvidan -todavía-,
de aquel impostergable compromiso
de la mesa sin paz, pobre y vacía.
No sé quién eres tú, pero tus versos
conversaban conmigo, algunas veces,
compartiendo motivos, universos
de esta vida de hartazgos y estrecheces.
Nos bautizaron con el mismo nombre,
para que todo y nada nos asombre.