5.10.17

Siempre octubre es enero

Sé que agosto persigue tu memoria
(dime que sí, que vuela, que no miento).
La lluvia sin tus ojos no es historia;
me inunda recordarte. Piedra y viento.
Busqué entender la luz (muerdo el ocaso).
Nos desvanece el tiempo, te derrumbas.
Tu risa me consuela cuando paso
junto al mar de invisibles catacumbas.
Te debo mi valor (si es que me alcanza),
mi generosidad (la sed y el río),
la serena misión de la esperanza
(con mis alas partidas y al vacío).
No tengo que decir cuánto te quiero;
cinco de octubre es —siempre— tres de enero.