29.9.23

Estás y no

A Gabriella, amiga-hermana

Algunos cumplen metas, otros años,
y hay quien ahora lucha con la muerte;
van arriba y abajo en los peldaños
el nunca-más y el no-volver-a-verte.
¿Cómo puedo anunciar lo que no sé?
De tanto bifurcarse los caminos,
la voz de la esperanza pierde fe
y en los sueños anidan asesinos.
Estás y no. Vivimos en la espera.
La lista la define un ser vicioso
que ni siquiera existe. La carrera
nos lleva de la lágrima al reposo.
No sé cómo alejar al puma hambriento
que viene a devorar el firmamento.

24.9.23

Porque no quiero

¿Qué somos en el bárbaro universo?
¿Tiene alguna razón nuestra existencia?
¿Hay distancia entre el justo y el perverso?
¿Todo es instinto de supervivencia?
Podemos inventar explicaciones
(renuncio a mi derecho), ¿para qué?
Prefiero hacer poemas y canciones
que discutir los restos de mi fe.
Pago siempre al contado, que el futuro
sólo un día a la vez nos acompaña,
la tarde que me ponga al frente el muro
será (lo sé) el final de la campaña.
Si me encuentro a la sombra en el sendero,
no la saludo y ya (porque no quiero).

20.9.23

Jamás te desesperes

para Alejandra

Yo tuve alguna vez tu gentileza,
tu sonrisa de anuncios, tu mirada,
tu forma de engañar a la tristeza,
tus besos sin temor y en desbandada.
Pisé por esas calles que caminas,
bebí las ilusiones que me cuentas...
Persiguiendo tesoros, hallé ruinas;
buscando los veranos, las tormentas.
Te pasará lo mismo, sin embargo,
jamás te desesperes, porque el trueno
nos llueve, nos libera, se hace cargo,
como el amar, que duele, pero es bueno.
Que no te encuentre el miedo distraída,
sé luz, amor, porqué, bondad y vida.

15.9.23

Resiste

para Alesia

Resiste, que amanece en pocas horas,
la oscuridad (aún) es pasajera,
no ofrezcas la razón a las demoras
ni camuflaje azul a la frontera.
La duda y el temor llegan despacio,
como tigre que acecha en las esquinas
más oscuras y quietas del palacio
donde crecen sin rosas las espinas.
La desesperación tiende sus alas
y el alma tiembla pálida y cobarde,
parecen no acabar las horas malas
y Dios no existe o llega siempre tarde.
Sin embargo, persiste la alegría
por ti, contigo amor (y todavía).

12.9.23

A ti, que me lees...

Estás allí, me miras; en tus ojos
los recuerdos se visten de esperanza,
conviertes en memorias los despojos
de este ruido que soy, en lontananza.
Puedes jurar que sabes mis paisajes,
que recuerdas historias (que no han sido);
tiernamente descifras los mensajes
de aquel que nunca fui (santo y bandido).
Existo para ti (mientras existas),
te acompaño en la ruta (mientras vayas);
donde terminan rumbos y autopistas,
comienzan las cenizas y las playas.
En tus ojos resisto. Agradecerte
posterga olvidos, lágrimas y muerte.