31.12.18

Para Alejandra

Miras el mar y estás como encantada
cada vez que devuelve la marea
la historia de mis padres. Tu pisada
revive, sin saber, nuestra odisea.
Diciembre es para ti palabra y sueño,
la playa es —a tus pies— arena y olas;
bailas con libertad —sin dios ni dueño—,
reina de girasoles y amapolas.
Contigo enero vuelve a ser distinto,
la vida anuncia y el dolor se calla,
la solidaridad vence al instinto,
se llena de esperanza la batalla.
Que nunca te seduzca la derrota,
piel de futuro y alma de gaviota.

29.9.18

49

Duermes como si nadie te acechara,
con la indecente paz de tu niñez,
te protegen el sol, la luna clara
y ese gesto inocente de altivez.
Los años, las renuncias y las sombras
te alcanzarán, pero no importa hoy día;
cada palabra con la que me nombras
difumina el dolor con alegría.
Todo será ceniza, polvo y viento;
como mis padres, yo seré del mar.
Tú eres mi herencia, todo lo que siento
tiene que ver con el amor y amar.
Hoy celebro la piel de tu existencia,
tu madre y tú me salvan de la ausencia.

14.5.18

Victoria

Aquella vez, tus ojos —lo sabemos—
pronunciaron «adiós», porque tu boca
nunca lo hubiera dicho. Nuestros remos
no se rinden, se parten en la roca.
No te quiero extrañar —nunca lo extraño—,
los llevo hasta el final, ciertos y vivos.
Se equivoca quien piensa que hace daño
ser todo corazón —amor— motivos.
¿Quién no arrastra baúles de tristeza?
Tú, luchadora inmensa, nos dirías:
«Nada de caras largas, la belleza
nace de ser y estar todos los días».
Tu nombre es mi ilusión y mi sentido;
no existen, madre, el miedo ni el olvido.