12.5.19

Te debo el ser

Nunca supe decir cuánto te amaba
—no sirven el lamento ni el reproche—;
sin ilusión escucharé la aldaba
—no guarda amaneceres esta noche—.
Construyo tu recuerdo con memorias
que le robo —de insomnios— al olvido;
comienzo a envejecer, pocas victorias
me quedan —lo demás, se ha vuelto ruido—.
No sé extrañar; cuando el amor existe
la nostalgia es inútil. Me acompañas
—junto con él—. Mi forma de estar triste
fue siempre celebrar luz y mañanas.
Te debo el ser. Perdona mis espinas,
mis lobos, mis tormentas, mis esquinas.

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