Soñó pero sus sueños los hicieron pedazos
—un león que no hiere se olvida que es león—.
Las ideas son vientos inútiles sin brazos
que transformen sus verbos en asombro y acción.
Yo lo vi enamorado del amor de mi madre,
casi siempre tormenta, casi siempre verdad;
con abismos y furias, aprendiz de ser padre,
con senderos y piedras, con tanta humanidad.
Cultivó las memorias que le dieron sentido.
Se cansó de traidores. Con la fe triste y rota
un domingo en la tarde se abrazó del olvido
en las alas de trapo de una estéril gaviota.
Hoy es solo un recuerdo que se pierde en la nada;
me dejó sus temores, su sed, su carcajada.
1 comentario:
Es un hermoso soneto alejandrino, lleno de nostalgia y memoria. Te invitó a leer mis sonetos en los7ahorcados.blogspot.com.
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