Somos un pueblo ingrato, parricida,
con odio (y con razón; lean historia),
nietos de la tragedia, de la herida,
ciegos a la experiencia y la memoria.
Elegimos traidores, delincuentes,
a canallas (de todas las banderas);
montamos cepos, incendiamos puentes
y abrimos llagas, úlceras, trincheras.
Somos también el héroe, las manos,
la espalda que resiste, las agallas,
la fuerza que contiene a los villanos,
la fe con que se ganan las batallas.
Patria de abismos ciegos y de cumbres,
ni dejes de ser tú ni te acostumbres.