Una vez más la tarde de la víspera
y un dios y un rey y un sol que nos ignoran;
la ilusión infantil, la gracia efímera
contra el tiempo, Señor que no perdona.
Qué ganas de creer, qué privilegio,
qué sueño protegido (y derrotado),
qué emoción, qué esperanza, qué misterio;
magnífico impostor, dulce y amargo.
Sin embargo, otra vez, estamos todos
alrededor del árbol, de la mesa,
pensando en los demás: ese nosotros
que aún nos justifica y nos alienta.
Celebra, ríe y abre la ventana;
no llegará la sombra hasta mañana.
18.12.24
12.12.24
Todo y nada
Enterramos maestros, padres, tíos,
al señor de la tienda, a los ancianos,
a tus seres queridos (y a los míos),
al héroe, también a los villanos.
Sin embargo, perdimos el sentido
del tránsito y el fuego; la memoria.
Suavizamos la muerte, y al olvido
le pintamos dos lágrimas; la historia.
Si escondemos cadáveres, pensamos
que se confunde nuestra propia ruina,
sin entender que vamos donde vamos,
no como maldición, como rutina.
Somos víctimas. Somos emboscada.
La vida es un absurdo. Todo y nada.
al señor de la tienda, a los ancianos,
a tus seres queridos (y a los míos),
al héroe, también a los villanos.
Sin embargo, perdimos el sentido
del tránsito y el fuego; la memoria.
Suavizamos la muerte, y al olvido
le pintamos dos lágrimas; la historia.
Si escondemos cadáveres, pensamos
que se confunde nuestra propia ruina,
sin entender que vamos donde vamos,
no como maldición, como rutina.
Somos víctimas. Somos emboscada.
La vida es un absurdo. Todo y nada.
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