[escuchar el soneto]
Abrigas el dolor, amas la ausencia,
vives del abandono y del olvido,
te iluminas de azul descolorido,
de recuerdos, de sal, de indiferencia.
Besas mirando atrás, no hay advertencia
que sirva para ti; te gusta el ruido,
el movimiento estéril, sin sentido,
el juego con la sed y la imprudencia.
Llenas la copa, bebes, te incorporas,
te vistes y desvistes de energía,
lloras minutos, desperdicias horas.
Tus labios rojos son la cobardía
que amanece contigo en las auroras
que hunden tus noches en un nuevo día.
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