[escuchar el soneto]
No conoces su patio ni su escuela,
su calle, su portón, su infancia rota,
su parque, su avenida, su derrota,
su indigestión ni su dolor de muela.
No conoces su nombre, su novela,
su vergüenza, su pus, su palabrota,
sus juegos infantiles, su pelota,
su sarampión, sus náuseas, su viruela.
Solo conoces lánguidos reflejos,
música escandalosa, labios mudos,
abrazos blandos y ritual de espejos.
Ágiles manos que desatan nudos,
lengua con que recorre –cerca y lejos–
tus muslos tiernos, suaves y desnudos.
2 comentarios:
Hola Jose Luis. Como decía el maestro Octavio Paz, todo es ritmo. Una vez que lo consigues, todo lo demas fluye en armonía.
Me gusto mucho el del mar y la arena. Yo tengo uno del mar, pero el tuyo me gusto mucho mas. Es mas romantico.
Te sigo.
Abrazos,
Gonzalo
Mi querido Gonzalo, mil gracias por tus palabras, siempre es una alegrñia saber que me lees y que lo que escribo te gusta.
Un abrazo,
JL
Publicar un comentario