2.11.23

Tarde o temprano

¿Cuánto resiste un pueblo envilecido
por canallas dogmáticos y escándalos?
¿Cuánto lo puede silenciar el ruido
prepotente y abyecto de los vándalos?
La pregunta es inútil, pues sabemos
que somos responsables (el porqué).
La nave sin timón, velas ni remos,
naufraga en altamar, con o sin fe.
Pero, tarde o temprano, resucita
la dignidad; entonces, la memoria
recuerda quiénes somos y, a la cita,
llegan la sal y el fuego de la historia.
Duerme la indignación, grave, sedienta,
y amanece brutal, hecha tormenta.

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