para Paloma
Es un poco más frío este verano,
las mañanas más cortas y los días
se inclinan para atrás; lo cotidiano
tiene las manos secas o vacías.
Se conservan los pasos, la distancia
se pone, sin embargo, más hambrienta
de recuerdos y vuelve hasta a la infancia
pero es distinta, más sutil, más lenta.
Una fisura imperceptible y leve
comienza a acariciarnos. La memoria
dirige su mirada hacia la nieve
que —delicada— cubre nuestra historia.
Se rinde el sol, la tarde —sin apuro—
deshace la ilusión, niebla el futuro.
pero es distinta, más sutil, más lenta.
Una fisura imperceptible y leve
comienza a acariciarnos. La memoria
dirige su mirada hacia la nieve
que —delicada— cubre nuestra historia.
Se rinde el sol, la tarde —sin apuro—
deshace la ilusión, niebla el futuro.