15.7.24

Ya lo sé

Vamos a ver, los fuegos y las fechas,
los rumbos atrevidos y agotados,
la siembra de los vientos, las cosechas
de las tormentas del azar; sus dados.
No somos los que fuimos mas, no obstante,
nos arrastra el ayer como un conjuro,
se hace sombra la luz, viejo el infante,
y el amor juvenil, un sueño oscuro.
No es un lamento, es solo la constancia
de ser ya sin estar, del desencanto
de ver cómo ganamos elegancia
mientras cedemos piel, dulzura y llanto.
Dirán: «Así es la vida». Ya lo sé,
pero era hermoso caminar con fe.

6.7.24

13

para Alesia, en otro 6 de julio

El tiempo es nada más que un accidente;
mejor, la convención autorizada
para entender los rumbos de la fuente
(desde el llanto primero hasta la nada).
Las emociones (pienso en esta idea)
debieran ser y estar (y a cada día);
qué ingenuo es esperar la primavera
para conmemorarnos la alegría...
Solo tal vez. Concedo (lo sospechas);
que seduce el recuento visionario
de nuestros sueños juntos, de las fechas
remodelando (y no) lo extraordinario.
Extirpador de sombras y falacias,
contigo soy feliz; perdón y gracias.

3.7.24

Rincón Chami

Es el mismo lugar, las viejas mesas
que tantos ensuciaron, el ambiente
con olor a cebolla y a promesas,
amable, limpio, viejo y decadente.
Me atiende don Raúl, noble, sereno,
cinco décadas ya sirve los platos
(al canalla, al tahúr, al hombre bueno
y a tantos que recuerda en sus relatos).
También mis padres visitaron esta
casa tradicional: Lomo saltado,
papa rellena, tacutacu (¡fiesta!),
piqueo, carapulcra y apanado...
Me parece ver la sombra de mamá
que espera ilusionada a mi papá.