La vida, ¿triste, graciosa?,
nos cambia de cualquier modo;
mañana seremos lodo
y, ayer no más, fuimos rosa.
Si hasta la fiel mariposa
se pierde por el recodo
de la lluvia; nada y todo
parecen la misma cosa.
Porque entre el ser y el no ser,
(silencio que tienta al ruido)
Dios alimenta el poder.
Él, que no existe ni ha sido,
luz sin mañana ni ayer;
sombra, sed, temor y olvido.
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