22.4.09

Hay una rubia hambrienta en la piscina

[escuchar el soneto]

Hay una rubia hambrienta en la piscina
o eso parece (desde mi cocina),
tiene las piernas graves y doradas,
y una ambición de sangre en sus pisadas.
Pasea como un gallo de pelea
(que me crea tan solo el que me crea),
moviendo las caderas armoniosa
(¿será exceso de alcohol o de glucosa?)
Levanta la mirada y me sorprende
con lengua de reptil y ojos de duende,
sorprendido al antojo, me sonrojo
y ella sonríe mientras guiña un ojo.
Hay una rubia hambrienta en la piscina
y yo corto cebolla en la cocina.

4 comentarios:

Alexis Díaz-Pimienta dijo...

Hoy desperté leyendo tus sonetos
y oyéndolos también, vaya sorpresa.
Hoy tuve sobrecama y sobremesa
repartida en cuartetos y tercetos.

Me acordé de Vallejo y sus secretos
de Bryce, de Vargas Llosa y Nicomedes.
Dichoso tú, poeta, porque puedes
sonetear con objetos y sujetos.

Hoy estuve en Yakarta y Miraflores.
Indio, Indonesio, hindú, indígena...todo.
Entrometido en poncho de colores,

comiendo choclo y no empinando el codo.
Gracias a un tal Mejías, hoy, señores,
"el sonetido" pasó a ser mi apodo.

Alexis Díaz-Pimienta (www.alexisdiazpimienta.es.tl)

Alexis Díaz-Pimienta dijo...

Ahora recordé un soneto "más idóneo" para responder a éste de la rubia en la piscina. Pertenece a mi libro "Cuarto de la mala música" (1994). Lo comparto contigo, amigo José Luis y con tus lectores:

EN LA PISCINA DEL HOTEL SEVILLA

Esa muchacha de la piel oscura,
la que besa y abraza al europeo,
la de las trenzas falsas, la que apura
una cerveza Hatuey, la del seseo
impostado en su argot de tierra dura,
de barrio bajo, de hábil cubaneo;
esa muchacha, la de la cintura
como un violín tensado con deseo;
esa muchacha con la noche puesta
a lo largo del cuerpo; la que acuesta
toda su sombra sobre el sol de Europa;
esa muchacha ignora que yo existo,
que le escribo un poema, y que la visto
con versos mientras él quita su ropa.

Alexis Díaz-Pimienta
www.alexisdiazpimienta.es.tl

José Luis Mejía dijo...

Alexis Díaz Pimienta,
decimista y trovador,
maestro, investigador,
palabra que nos alienta.
Tu soneto me alimenta,
me dan ganas de hacer más
sonetos con el compás
de esos versos caribeños.
Seguiré con mis empeños
por llegar a donde estás.

Ursula Brutton dijo...

Jajaja!!! este me encanto!