7.8.24

Abracadabra

Estamos rotos, frágiles, ardidos,
pero es solo un estar, clarifiquemos;
mientras sigan rebeldes los latidos
la noche tendrá luz y el barco remos.
La sombra nos aturde (como un grito),
los zapatos confiesan (traicioneros),
los diciembres trafican el granito
(como comulgan risas los eneros).
También (hay que decirlo) la palabra
se niega a ser dolor (únicamente),
seduce con la voz y, ¡abracadabra!,
juega a ser ilusión (gentil, valiente).
¿Por qué empeñar la piel contra lo burdo?
Por sembrar esperanzas en lo absurdo.

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