19.6.10

Mi padre

Soñó pero sus sueños los hicieron pedazos
—un león que no hiere se olvida que es león—.
Las ideas son vientos inútiles sin brazos
que transformen sus verbos en asombro y acción.
Yo lo vi enamorado del amor de mi madre,
casi siempre tormenta, casi siempre verdad;
con abismos y furias, aprendiz de ser padre,
con senderos y piedras, con tanta humanidad.
Cultivó las memorias que le dieron sentido.
Se cansó de traidores. Con la fe triste y rota
un domingo en la tarde se abrazó del olvido
en las alas de trapo de una estéril gaviota.
Hoy es solo un recuerdo que se pierde en la nada;
me dejó sus temores, su sed, su carcajada.

1 comentario:

Cristián Marcelo dijo...

Es un hermoso soneto alejandrino, lleno de nostalgia y memoria. Te invitó a leer mis sonetos en los7ahorcados.blogspot.com.