15.2.24

Con otra luz

Hay un hombre en el campo de batalla,
puede ser cualquier guerra, da lo mismo;
sufre, está solo, herido, se desangra
y alrededor, por fin, se apaga el ruido.
Nunca supo por qué ni preguntó;
le hablaron de la patria y de la fe,
mató por eso de morir por Dios,
y fue, sin miedo ni entusiasmo, cruel.
Llegó a la tarde de esta tarde fría
sin comprender aún todo su hartazgo,
con otra luz, más pálida, distinta,
se vio, por fin, al borde del barranco.
¿Por qué —demanda al viento de la muerte—
te encontré, Libertad, para perderte?

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