11.1.24

De vez en cuando

El tiempo ni castiga ni perdona,
porque es un dios indiferente y ciego;
la vida es luz que viaja entre las sombras
que pueblan de vacío el universo.
Si nada es para qué, si el sueño guarda
malamente los nombres extraviados,
si la tarde nos tiñe y nos descalza,
¿por qué la sed, el beso y los abrazos?
A fuerza de arrastrar silencio y gritos
por callejones de inocencia trunca,
descarrilamos trenes y el abismo
se interpuso camino de la Luna.
Sin embargo, no sé, de vez en cuando,
compramos ilusión (de contrabando).

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