12.12.24

Todo y nada

Enterramos maestros, padres, tíos,
al señor de la tienda, a los ancianos,
a tus seres queridos (y a los míos),
al héroe, también a los villanos.
Sin embargo, perdimos el sentido
del tránsito y el fuego; la memoria.
Suavizamos la muerte, y al olvido
le pintamos dos lágrimas; la historia.
Si escondemos cadáveres, pensamos
que se confunde nuestra propia ruina,
sin entender que vamos donde vamos,
no como maldición, como rutina.
Somos víctimas. Somos emboscada.
La vida es un absurdo. Todo y nada.

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