20.11.24

Para el viaje

La mañana se viste de neblina,
como un amanecer que no me alcanza,
como el fuego voraz de la rutina
que empieza, muerde, se deleita, avanza.
Todo vuelve a sí mismo, eterna rueda
que se repite, sin alzar la voz,
la gota de agua cínica, moneda
que vuela indiferente, ruin, feroz.
Y sin embargo, hay luz (o lo creemos),
hay barco, enero, juventud, constancia,
y el incansable golpe de los remos
ajenos al temor y a la distancia.
Que carguen tus maletas, para el viaje,
recuerdos, risas, voluntad, coraje.

29.9.24

Otro sol

Y otro sol, otra vez, quién lo creyera,
ni tan difícil fue ni tan radiante;
las puertas de una nueva primavera
conservan un porqué y un adelante.
No hay queja ni razón para el enojo,
la suerte ha sido fiel, terca, obstinada
madrina de este cuerpo enorme y flojo,
razón de luz y asombro y carcajada.
Ya es más lo que viví que lo que resta,
ya es más lo que gocé que cualquier llanto,
no busco salvación ni la respuesta,
doy gracias por el verso y por el canto.
Nadie puede quitarme lo vivido,
ni el tiempo ni la muerte ni el olvido.

22.8.24

Contigo

Que yo no sé sin ti, pero contigo
puedo hacer del estruendo, carcajada;
de la cólera, miel; del mal, amigo;
y un mundo imaginario, de la nada.
Se trata de querer sin aspavientos,
como la sed al agua de la fuente,
como el fracaso a todos los intentos
o lo importante al alma de lo urgente.
Podrán decir que siempre los poetas
habitamos las nubes (ese espacio
poblado de dragones y cometas)
y entendemos muy mal o muy despacio.
No lo creo; contigo he descubierto
que no existen la noche ni el desierto.

14.8.24

Estambul

Frente al Cuerno Dorado estoy con ellas,
mientras julio nos arde en la garganta;
muerde la sed del Bósforo turquesa
con veinticinco siglos de fantasmas.
Alrededor iglesias y mezquitas;
millones atormentan el estuario,
gaviotas, gatos (pueblos de turistas
que no entienden el alma de Bizancio).
Huele a café, tabaco, pan y lágrimas;
la ciudad, que es de proa y de frontera,
duerme una paz indiferente y lánguida
hasta que dé el tambor la orden de guerra.
¡Quién pudiera cantar en una copla
tu humanidad, tu piel, Constantinopla!

10.8.24

Mis amigos

¿Mis amigos? Carbones y diamantes,
arena seca y asfixiante espejo,
pimienta y sal, extraños, semejantes
a este niño que soy, cínico y viejo.
Por ellos voy; con ellos justifico
la absurda voluntad de la existencia,
la vida, su constancia de abanico,
y ese amor que es de barro y de paciencia.
Si nada es para siempre, me emociona
saber la decisión, la rebeldía,
de aquellos que me quieren. ¿Qué persona
pudiera renunciar a esa alegría?
¡Qué bien nos viene el sol de los amigos
en un mundo de trampas y castigos!

7.8.24

Abracadabra

Estamos rotos, frágiles, ardidos,
pero es solo un estar, clarifiquemos;
mientras sigan rebeldes los latidos
la noche tendrá luz y el barco remos.
La sombra nos aturde (como un grito),
los zapatos confiesan (traicioneros),
los diciembres trafican el granito
(como comulgan risas los eneros).
También (hay que decirlo) la palabra
se niega a ser dolor (únicamente),
seduce con la voz y, ¡abracadabra!,
juega a ser ilusión (gentil, valiente).
¿Por qué empeñar la piel contra lo burdo?
Por sembrar esperanzas en lo absurdo.

2.8.24

Un paso a la vez

para Gabriella, invicta

Solo un paso a la vez, parece poco
y es para ti la suma diferencia,
como entre ser y estar o cuerdo y loco
o así y asá o vértigo y conciencia.
Solo un paso y el sol es mediodía,
la luna llena, la tormenta pasa,
se conmueven asombro y alegría,
y hay fiesta, ritmo, mayo, fuerza, casa.
Un paso que es anuncio de otro paso,
como gotas que avisan aguacero,
como marcha triunfal contra el fracaso,
sin puede ser ni a lo mejor ni pero.
Simple, banal, pequeño, dulce, amable;
solo un paso, sereno. Indispensable.

15.7.24

Ya lo sé

Vamos a ver, los fuegos y las fechas,
los rumbos atrevidos y agotados,
la siembra de los vientos, las cosechas
de las tormentas del azar; sus dados.
No somos los que fuimos mas, no obstante,
nos arrastra el ayer como un conjuro,
se hace sombra la luz, viejo el infante,
y el amor juvenil, un sueño oscuro.
No es un lamento, es solo la constancia
de ser ya sin estar, del desencanto
de ver cómo ganamos elegancia
mientras cedemos piel, dulzura y llanto.
Dirán: «Así es la vida». Ya lo sé,
pero era hermoso caminar con fe.

6.7.24

13

para Alesia, en otro 6 de julio

El tiempo es nada más que un accidente;
mejor, la convención autorizada
para entender los rumbos de la fuente
(desde el llanto primero hasta la nada).
Las emociones (pienso en esta idea)
debieran ser y estar (y a cada día);
qué ingenuo es esperar la primavera
para conmemorarnos la alegría...
Solo tal vez. Concedo (lo sospechas);
que seduce el recuento visionario
de nuestros sueños juntos, de las fechas
remodelando (y no) lo extraordinario.
Extirpador de sombras y falacias,
contigo soy feliz; perdón y gracias.

3.7.24

Rincón Chami

Es el mismo lugar, las viejas mesas
que tantos ensuciaron, el ambiente
con olor a cebolla y a promesas,
amable, limpio, viejo y decadente.
Me atiende don Raúl, noble, sereno,
cinco décadas ya sirve los platos
(al canalla, al tahúr, al hombre bueno
y a tantos que recuerda en sus relatos).
También mis padres visitaron esta
casa tradicional: Lomo saltado,
papa rellena, tacutacu (¡fiesta!),
piqueo, carapulcra y apanado...
Me parece ver la sombra de mamá
que espera ilusionada a mi papá.

27.6.24

Patria

Somos un pueblo ingrato, parricida,
con odio (y con razón; lean historia),
nietos de la tragedia, de la herida,
ciegos a la experiencia y la memoria.
Elegimos traidores, delincuentes,
a canallas (de todas las banderas);
montamos cepos, incendiamos puentes
y abrimos llagas, úlceras, trincheras.
Somos también el héroe, las manos,
la espalda que resiste, las agallas,
la fuerza que contiene a los villanos,
la fe con que se ganan las batallas.
Patria de abismos ciegos y de cumbres,
ni dejes de ser tú ni te acostumbres.

24.6.24

Lima

La triste lluvia gris, el desencuentro,
la violencia sin luz, acomplejada,
la palabra voraz, puertas adentro,
cobarde, colonial, desconcertada.
Los fríos, la humedad, las pistas rotas,
los tontos que se creen importantes,
las playas sucias, yermas, sin gaviotas;
todo es igual, aunque peor que antes.
Sin embargo, también, los mismos brazos,
las estaciones del querer, las risas,
el corazón (que ayer fue hecho pedazos)
entero, una vez más, late sin prisas.
Lima es un ángel cínico, inocente,
y una puta gentil, indiferente.

19.6.24

Llego pero no estoy

Voy encontrando abismos, accidentes,
ilusiones cansadas y partidas,
amenazas sin luz, antiguos puentes
(unos mortales, otros bienvenidas).
Descubro que soy yo, pero he cambiado;
sufro la misma sed, pero es distinto;
soy más resolución, menos soldado;
lo que perdí de fe, gané de instinto.
La familia es verdad (escampe o llueva);
los amigos, el pan y la palabra.
Somos la soga, el porvenir, la cueva,
la voz que muerde, el ciego que nos labra.
Llego pero no estoy, sigo y me quedo;
soy el valor, lo sé, de tener miedo.

21.3.24

Hasta el final

Todas las veces que pude
le dije al cielo que no,
dejé apagadas las luces,
sin las mentiras de Dios.
Por cada piedra, una lanza;
por cada lanza, un escudo;
por cada escudo, una trampa;
por cada trampa, un insulto.
Que el tiempo, que nos derrota,
me de la fuerza de ser
valiente junto a la sombra
y honrado bajo la sed.
¿Vicio, virtud, bien o mal?
¡Seamos! Hasta el final.

16.3.24

Carrusel

¿Cuál palabra sangrienta necesita
la rutina brutal del desapego
para ilustrar el mapa de las ruinas
de ese palacio que albergó «tequieros»?
Ella se aferra a un cielo que recuerda,
con menos nubes y con más ventanas;
él viene y va, cruzando la frontera
del «puede ser», «por qué», «para mañana».
No escuchan amenazas ni consejos,
prisioneros de un tiempo sin medida,
repiten —carrusel— la voz y el cuento,
por miedo a la verdad —flor y asesina—.
Cada mañana es un atardecer
que les recuerda el huracán de ayer.

12.3.24

Tumbar el muro

Por el campo de todos va ninguno
(dice más su silencio que mil voces);
una derrota vale por diez triunfos
(si aprendes a mirarte en lo que escondes).
La noche nunca dura eternamente
(no son tan poderosos los canallas);
enero siempre llega tras diciembre
(y estás —aunque no estés— por donde vayas).
Inútil pretender que habrá respuestas
(los dioses del azar son sordomudos);
anunciamos la luz y la belleza
(dados al sueño de tumbar el muro).
Sé feliz, haz el bien, sonríe y ama
(renuncia a las angustias de este drama).

8.3.24

Ama quien eres

para Alejandra, el 8 de marzo

Te veo en el silencio de mi tarde
y atisbo tu canción de mediodía;
ningún dolor será nunca bastante
para enturbiar tu esencia cristalina.
Mujeres como tú son piedra y nieve
que hacen temblar montañas y caminos,
que ignoran la razón de los «no puedes»,
que son del fuego como son del frío.
No aceptes más rigor que tu conciencia,
más dios que la verdad ni más abismo
que el del saber. Así, lucha y pelea
contra los «no me atrevo» y sus designios.
No te dejes romper, ama quien eres;
tu lucha es la de todas las mujeres.

7.3.24

Yogyakarta

Estoy camino, aroma, plantaciones,
terreno, lluvia, piedras, sangre, barro,
flores, raíces, luz, sembrío, montes,
recolección, lugar, molienda, grano.
Están serenos, esforzados, simples,
amanecidos, entusiastas, limpios,
austeros, claros, generosos, libres,
arroz, bondad, fertilizante, río.
Cómo no agradecer tanta existencia,
tanto de ser y estar, cuántas alegría;
declaran, sin decir, la simple idea
del amor por las cosas de la vida.
Gracias por darnos paz en la batalla;
vivir a plenitud es la muralla.

3.3.24

Batik

Juguetes de algodón, paños de seda,
figuras legendarias, imposibles,
estampas del calor y de la cera
que recuerdan luciérnagas y abriles.
Trabajo de las manos desgastadas
al fuego de las tintas y los trazos,
historias del olvido (como tantas)
de las que el tiempo hará ruinas y trapos.
Colores de la cera que en la seda
se estampan al calor de una aventura
que lleva siglos, y que representan
la voz de un pueblo antiguo que aún se escucha.
Las manos de esta fábrica y su tienda
lo ignoran, pero son cuento y leyenda.

29.2.24

Trampa y camino

La plantación de arroz, los viejos bueyes,
el tiempo detenido, las luciérnagas,
la lluvia, el agua, el barro, los andenes,
la gente simple, oxígeno, dispuesta.
Las puertas giratorias, los hoteles,
las piscinas, los centros comerciales,
la carne congelada, los billetes,
la gente ansiosa, vértigo, distante.
Así vamos andando, en la ignorancia
de dos mundos al borde del colapso;
los unos, de la vida y sus entrañas;
los otros, de la muerte y su fracaso.
Tener y querer más: trampa y camino
que alberga cuatro «likes» y un asesino.

25.2.24

¿Para qué?

Templos sin luz. Los dioses olvidados
ni regalan perdones ni castigan,
por eso es tan sencillo visitarlos,
casi es como un domingo en la familia.
Cierto que ayer pidieron sacrificios
de miedo y sangre, que los sacerdotes,
con amenazas, piedras y cuchillos,
administraban la virtud del hombre.
Los dioses que nos rigen, con los años,
serán historia, anécdota, turismo,
paseo de escolares y relatos
de temores iguales (y distintos).
Lástima que en las guerras de la fe
ninguno se pregunte: ¿Para qué?

22.2.24

Herir la roca

Te he visto amanecer en el trabajo
dando tu savia dulce y generosa,
repartiendo los frutos y el milagro
de pensar, de entender, de herir la roca.
Yo sé que la ignorancia incendia puentes,
que la canalla crece como espuma,
que enero se nos puebla de diciembres
y ansiosos perros ladran a la Luna.
Dan ganas de rendirse, pero no;
duelen las ilusiones y los pies;
al final, la belleza y la razón
tienen motivos, cábalas y fe.
No importa cuánto aúlle la jauría,
tú sigue siendo tú. Sabiduría.

19.2.24

No obstante

Puedo decir «te quiero» y decorarlo
con palabras que engañan y seducen,
puedo comprar las flores o el regalo
que invite a suspirar a muchedumbres.
No obstante me resisto, me rebelo,
contra la cantaleta del aplauso
(que nunca será premio ni consuelo,
ni compite con todos tus milagros).
Prefiero declarar que estoy contigo
como una tentación, como un descaro,
para que el mundo sepa que el abismo
no pudo seducirme con sus rayos.
Tú eres mi cable a tierra, compañera,
mi música, mi enero, mi bandera.

15.2.24

Con otra luz

Hay un hombre en el campo de batalla,
puede ser cualquier guerra, da lo mismo;
sufre, está solo, herido, se desangra
y alrededor, por fin, se apaga el ruido.
Nunca supo por qué ni preguntó;
le hablaron de la patria y de la fe,
mató por eso de morir por Dios,
y fue, sin miedo ni entusiasmo, cruel.
Llegó a la tarde de esta tarde fría
sin comprender aún todo su hartazgo,
con otra luz, más pálida, distinta,
se vio, por fin, al borde del barranco.
¿Por qué —demanda al viento de la muerte—
te encontré, Libertad, para perderte?

10.2.24

Vándala insumisa

Hay una luz anónima encendida,
que en medio de la noche silenciosa
parece la esperanza (esa mentira
tan hiriente y pesada como roca).
Como si algún poder fuera posible
(capaz, quiero decir) de cambiar algo,
buscamos sonreír para que el triste
no se avergüence de seguir luchando.
Nos llenamos de apremios y razones,
levantamos banderas e insistimos,
defendemos trincheras, miedo, errores,
sin decir nunca que tenemos frío.
¡Solo nos cuida, vándala insumisa,
la feroz lealtad de nuestra risa!

6.2.24

Héroe cansado

Por ella atravesó ríos de espanto,
supo de horrores, pérdidas, fatiga,
compartió con la muerte los pantanos
(esos que ves y nunca más olvidas).
Cruzó (no sin vergüenza) lindes, márgenes,
por eso del escudo y la bandera,
y el sacrificio nunca fue bastante
ni demasiada fue (jamás) la pérdida.
Si en nombre de la paz confiscó auroras,
comprendió (tarde ya) que fue un engaño;
los de siempre encendieron las antorchas
que incineran verdad y ciudadanos.
¡Qué inútiles dolor, sangre y medallas,
Patria regida siempre por canallas!

1.2.24

Drama sencillo

Su nombre es un lugar hoy apagado,
supo de ser y estar, marcó tendencias,
sus muslos encendieron e incendiaron
pensamientos de horror, lágrimas quietas.
Más de una vez alimentó distancias,
la amaron como al sol bajo la lluvia,
fue norte, guía, estrella y esperanza
(todas las cosas que no somos nunca).
Después, llegó, sin fe, la bestia hambrienta
para tragarse lágrimas y risas;
se fue cerrando, sin amor, la puerta,
dejando atrás asombro y maravilla.
Conmueve lo sencillo de su drama;
vivir más que la sombra de su fama.

27.1.24

Hasta los huesos

Lo veo atardecer en el asiento
de ese lugar común que somos todos,
se nota que ha vivido hasta los huesos
y esconde dos o tres dientes de lobo.
Tan sólo ayer brillaba su coraza,
devoraba experiencias y paisajes
(lo cuenta, sin apuro, la mirada
repleta de distancias y cadáveres).
Anida obligaciones, deudas, tiempo;
sereno navegante, la marea
que destilan sus formas y sus gestos
es hija del puñal de la conciencia.
Sonríe, perro viejo, dios sin fe,
y apura un sorbo más de su café.

24.1.24

Esas palabras

Amo el lugar común, esas palabras
que alimentan las horas de los días:
«Hola, qué tal, quién es, cómo te llamas,
no temas, yo también, gracias, sonrisa,
tan solo ayer, te escucho, imprescindible,
comprendo, todavía, vamos juntos,
altamar, sobremesa, nomeolvides,
te lo prometo, mágico, ninguno,
mañana, por supuesto, para todos,
lo sé, domingo, piano, luna llena,
recuerdos, porvenir, siempre, nosotros,
destino, enero, música, poeta,
camino, voz, anuncio, beso, flor,
contigo, para ti, te quiero. Amor».

19.1.24

Esa eres tú

para Gabriella

Entiendes que esta vez ninguno puede
tener idea de la magnitud
de una explosión así, porque conmueve
solo los patios que imaginas tú.
Sin embargo, también (si me perdonas
lo inútil de estos versos), considero
que si alguien sabe apaciguar las rocas,
esa eres tú. No vencerá el silencio.
Nosotros, tan ausentes y lejanos
del reto y su dolor, nos conmovemos
de tu entereza y tu valor, tan largos,
tan tuyos, tan hermosos, tan serenos.
Frente a la oscuridad, es tu coraje
la luz indispensable en este viaje.

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15.1.24

La alarma

La alarma suena gris, indiferente,
no sabe lo que marca, las fronteras
que delimita y el valor que tiene
tras cada lado de la misma puerta.
No conoce, el reloj, que nombra y fija
divisiones del ser: luces y sombras;
que existe por aquel que, en la vigilia,
sin poder escapar, cuenta las horas.
Los otros no; que el tiempo es relativo
según sean lugar y circunstancia:
son un instante amar, reír, ser niño;
son una eternidad sed y desgracias.
La alarma suena displicente y ciega,
sin entender quién va, quién es, quién llega.

11.1.24

De vez en cuando

El tiempo ni castiga ni perdona,
porque es un dios indiferente y ciego;
la vida es luz que viaja entre las sombras
que pueblan de vacío el universo.
Si nada es para qué, si el sueño guarda
malamente los nombres extraviados,
si la tarde nos tiñe y nos descalza,
¿por qué la sed, el beso y los abrazos?
A fuerza de arrastrar silencio y gritos
por callejones de inocencia trunca,
descarrilamos trenes y el abismo
se interpuso camino de la Luna.
Sin embargo, no sé, de vez en cuando,
compramos ilusión (de contrabando).

8.1.24

Tu amor es un hogar

para Alesia

Cómo decir de nuevo lo que sabes
sin que parezca ciega letanía,
locuaz repetición, flor de bastante
o abierta carcajada sin sonrisa.
Vamos a ver, estamos porque somos,
y sabemos las luces y los signos,
contigo me redimo del entorno
pues eres voluntad de sol y oxígeno.
Con tu serenidad todo lo salvas;
con tu dulzura, lo seduces todo;
y eres arte, lugar de paz, de calma.
Tu amor es el hogar para nosotros.
Gracias por ser mi amante, compañera,
de alma profunda, sabia y verdadera.

5.1.24

Por Gabriella

Gabriella es corazón y luz atenta,
muchacha que abrazó sus alegrías
con la felicidad de los que alberga
bajo la fe y la piel de la familia.
La vida, que es taller (el laberinto
por el que atravesó —conciencia y calma—),
la ha puesto justo al borde de un abismo
que habrá de superar con nuevas alas.
No siempre bastan fuerzas y entusiasmo,
carácter, ser de estar y puedo sola,
que a veces para dar el primer paso
se requieren alianzas, como ahora.
Juntemos corazones (y el pasaje),
Gaby pondrá las fuerzas y el coraje.

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3.1.24

Rosa y crisantemos

para Alejandra

Uno más. En la mesa de los tiempos
hallarás tu lugar. Sabrás tu espacio.
Serás las flores (rosa y crisantemos);
el aire puro que necesitamos.
Verte abrazar el mundo me convence
(por un momento al menos) del sentido
de ser, de estar, de perseguir —valiente—
la arena del futuro. ¿Ves el río?
Que nunca te seduzcan los que anuncian
mañana sin error, sin apostillas;
somos de barro, perseguimos dudas
y nos rodean piedras y mentiras.
No te rindas jamás. Que tu coraje
sea brújula amable de este viaje.

23.11.23

Gente que camina (i)

Camina, Juan, en la avenida diaria
por donde van los ojos repetidos
de aquella multitud (simple, ordinaria)
que ignora (sin saberlo) voz y ruidos.
Los años se tragaron los «yo creo»,
los «a mí me parece», los alardes;
hicieron «está bien» de lo «qué feo»
y de valientes («con perdón»), cobardes.
Juan ha perdido luz, tiempo, ilusión,
amigos, inocencia, lealtad,
hoy piensa en jubilarse, la pensión
y «que me cubra, Dios, la sanidad».
Camina, Juan, consciente de que ha sido
su vida un simulacro sin sentido.

18.11.23

Al parecer

a Mario Bragagnini,
mi amigo hermano


Fuimos necesidad, pues las alianzas
comparten aflicciones y carencias,
protegen de dolores y asechanzas,
maduran a tropiezos y experiencias.
En los años del músculo y del gesto
hicimos del saber, la barricada;
del futuro sin Dios, un manifiesto;
de nuestra soledad, la carcajada.
Comprendimos que el tiempo nos devora,
que la felicidad llega de a pocos,
que la estación de amar siempre es ahora,
que al parecer no estábamos tan locos.
Celebro tu existencia. Los amigos
son vocación, raíz, luz y testigos.

16.11.23

Pisa fuerte

Siempre tener que demostrar quién eres
se me antoja un lugar lleno de ruido,
sitiado entre la culpa y los deberes,
inútil como un dios desconocido.
El miedo te acorrala, siembra espinas,
te puebla adioses, sombras, crisantemos;
difícil construir sobre las ruinas
o navegar a ciegas y sin remos.
Comprende que enajenan los temores,
los recuerdos azules (y el fracaso
que no tiene sonido ni colores
pero que marca el ritmo de tu paso).
Atrévete a existir —y pisa fuerte—;
hay solo una derrota —y es la muerte—.

10.11.23

Solo después

Habrás de hundirte en túneles y abismos,
de transitar al filo de la espada,
de perseguir quimeras y espejismos,
de atravesar desiertos (para nada).
El vigor se deshace poco a poco,
más sal que azúcar, más dolor que pena
(«no sabía, perdón, si me equivoco...»).
Nadie, nunca, aprendió en cabeza ajena.
Después entenderás (ya será tarde),
sabrás dónde seguir (cuando no importe),
y te preguntarás si fue cobarde
pensar el sur (pero exiliarse al norte).
Comprenderás la vida y sus engaños
(solo después de malgastar tus años).

2.11.23

Tarde o temprano

¿Cuánto resiste un pueblo envilecido
por canallas dogmáticos y escándalos?
¿Cuánto lo puede silenciar el ruido
prepotente y abyecto de los vándalos?
La pregunta es inútil, pues sabemos
que somos responsables (el porqué).
La nave sin timón, velas ni remos,
naufraga en altamar, con o sin fe.
Pero, tarde o temprano, resucita
la dignidad; entonces, la memoria
recuerda quiénes somos y, a la cita,
llegan la sal y el fuego de la historia.
Duerme la indignación, grave, sedienta,
y amanece brutal, hecha tormenta.

26.10.23

Como un latido

En tanto quede luz y el escenario
nos permita un rincón, continuaremos
(ya sé, no es especial ni extraordinario
que avance el barco mientras tenga remos).
Sin embargo, hay arrojo en estar vivo
(sabiendo lo que sabe quien lo piensa),
que arar la tierra seca ya es motivo
de ternura y asombro y recompensa.
Descubrir el amor. Ser pasajero
del tren de la ilusión. Dar un abrazo.
Creer que si alcanzamos otro enero,
burlaremos las garras y el zarpazo.
Vivir es esta cosa sin sentido,
candorosa y sensual, como un latido.

21.10.23

Lo mismo da

Visita la estación todos los días,
observa en un rincón, leyendo ausencias,
no revela tristezas ni alegrías,
medita —sin saber— las consecuencias.
No se entiende quién es, alumbra poco
la historia o la verdad de quien se calla.
¿Bizarro, pensador, cobarde, loco?
Lo mismo da perdida la batalla.
La serena mirada lo traiciona,
lo devuelve al color de algún recuerdo,
lo viste de ilusión, nombre, persona...
(viene el rencor; sin lágrimas, lo pierdo).
Él es todos los hombres: Un café.
La vida que pasó, como la fe.

16.10.23

Así las cosas

Se apagaron las luces (como a diario);
tras los aplausos, soledad, vacío.
La sombra nos gobierna, el escenario,
después de la función, siempre es más frío.
La vida va del drama a la comedia;
lugar de llanto y estación de risas
(a veces un sainete, una tragedia),
no exige mucho, se nos va sin prisas.
Así las cosas, bebe carcajadas,
ríete —sin amor— de los perversos,
combate las traiciones y emboscadas
de miserables, dioses y universos.
No te rindas jamás, y que el fracaso
sufra para alcanzarte (a cada paso).

5.10.23

Octubre

Octubre es mes de un sol de primavera
(sencillo, como tú), luz de un futuro
que parece llegar pero que espera
que enero nos libere de lo oscuro.
Pensarte es regresar al mar amado,
al patio y su rumor pobre, querido,
a tu coraje amable, delicado,
soñando el bien o, al menos, el sentido.
Vuelvo a tus ojos abnegados, tiernos,
a tus abrazos de leona herida,
a las tardes de angustia, a los inviernos
cuando nos protegiste con tu vida.
Octubre me recuerda la tristeza
de este mundo sin ti, sin tu belleza.

3.10.23

Otro día

Otro día, también otra esperanza
que enrumba por la calle del olvido,
y estás (y estoy) y pierde la confianza
la voz bajo el rumor de tanto ruido.
Otro día, de nuevo por la sombra,
porque sí, porque no, por lo que queda,
y el alma hecha diciembre, lluvia, alfombra,
mientras gira en el aire la moneda.
Otro día, otra vez. Vamos andando
como sangre que escapa del rasguño;
la furia tiene sed, no sabe cuándo,
pero amanecerá la fe del puño.
Todo es azul; no obstante, la alegría
redime, nos da fuerzas. Y otro día.

29.9.23

Estás y no

A Gabriella, amiga-hermana

Algunos cumplen metas, otros años,
y hay quien ahora lucha con la muerte;
van arriba y abajo en los peldaños
el nunca-más y el no-volver-a-verte.
¿Cómo puedo anunciar lo que no sé?
De tanto bifurcarse los caminos,
la voz de la esperanza pierde fe
y en los sueños anidan asesinos.
Estás y no. Vivimos en la espera.
La lista la define un ser vicioso
que ni siquiera existe. La carrera
nos lleva de la lágrima al reposo.
No sé cómo alejar al puma hambriento
que viene a devorar el firmamento.

24.9.23

Porque no quiero

¿Qué somos en el bárbaro universo?
¿Tiene alguna razón nuestra existencia?
¿Hay distancia entre el justo y el perverso?
¿Todo es instinto de supervivencia?
Podemos inventar explicaciones
(renuncio a mi derecho), ¿para qué?
Prefiero hacer poemas y canciones
que discutir los restos de mi fe.
Pago siempre al contado, que el futuro
sólo un día a la vez nos acompaña,
la tarde que me ponga al frente el muro
será (lo sé) el final de la campaña.
Si me encuentro a la sombra en el sendero,
no la saludo y ya (porque no quiero).

20.9.23

Jamás te desesperes

para Alejandra

Yo tuve alguna vez tu gentileza,
tu sonrisa de anuncios, tu mirada,
tu forma de engañar a la tristeza,
tus besos sin temor y en desbandada.
Pisé por esas calles que caminas,
bebí las ilusiones que me cuentas...
Persiguiendo tesoros, hallé ruinas;
buscando los veranos, las tormentas.
Te pasará lo mismo, sin embargo,
jamás te desesperes, porque el trueno
nos llueve, nos libera, se hace cargo,
como el amar, que duele, pero es bueno.
Que no te encuentre el miedo distraída,
sé luz, amor, porqué, bondad y vida.

15.9.23

Resiste

para Alesia

Resiste, que amanece en pocas horas,
la oscuridad (aún) es pasajera,
no ofrezcas la razón a las demoras
ni camuflaje azul a la frontera.
La duda y el temor llegan despacio,
como tigre que acecha en las esquinas
más oscuras y quietas del palacio
donde crecen sin rosas las espinas.
La desesperación tiende sus alas
y el alma tiembla pálida y cobarde,
parecen no acabar las horas malas
y Dios no existe o llega siempre tarde.
Sin embargo, persiste la alegría
por ti, contigo amor (y todavía).

12.9.23

A ti, que me lees...

Estás allí, me miras; en tus ojos
los recuerdos se visten de esperanza,
conviertes en memorias los despojos
de este ruido que soy, en lontananza.
Puedes jurar que sabes mis paisajes,
que recuerdas historias (que no han sido);
tiernamente descifras los mensajes
de aquel que nunca fui (santo y bandido).
Existo para ti (mientras existas),
te acompaño en la ruta (mientras vayas);
donde terminan rumbos y autopistas,
comienzan las cenizas y las playas.
En tus ojos resisto. Agradecerte
posterga olvidos, lágrimas y muerte.

8.1.23

Indispensable

para Alesia

Te he visto navegar en las tormentas
con la serenidad del marinero
que sabe que las olas más violentas,
para matar, tienen que herir primero.
Llevas la paz del que no debe nada
ni a las luces del sol ni a las oscuras
cavernas del temor. En tu mirada
no hay tardes frías ni respuestas duras.
Eres, cómo decirlo, indispensable;
porque entre tanta piedra y tanta arena,
tu voz tranquila, tu presencia amable,
convierten nuestro barro en gente buena.
Gracias por tu existencia, por tu amor,
por la oportunidad de ser mejor.

3.1.23

Temible y buena

para Alejandra

Temible y buena, luz que en la tormenta
puede temblar pero jamás se apaga;
serena voz que dice lo que cuenta
sin intenciones de veneno o llaga.
Serás lo que serás. De ti depende
si la noche te impone sus rutinas
o si preservas la ilusión, el duende,
de tus risas feroces, cristalinas.
Tuyo el futuro, tuya la memoria,
la decisión de ser. La alternativa
siempre es rendirse. Tú, premonitoria,
sabes que no lo harás (y me cautiva).
Que vivas mucho y hagas bien y seas
sueños, pasión, amanecer, ideas.

31.12.22

Insiste

Insiste y otra vez y hacia adelante
—con nosotros o no (le da lo mismo)—,
que el tiempo es un enano y un gigante
que se hieren al borde de un abismo.
Somos el universo y somos nada,
juntamos un millón de años de historia
y es un instante —una carcajada—
que la galaxia pierde en la memoria.
Dios consuela, tal vez, pero no ayuda,
tan solo queda andar y hacer camino,
de cara a los cuchillos de la duda,
nos toca ser la voz, no el asesino.
Lucha sin aguardar paz o relevo,
ser valiente da luz. ¡Y es año nuevo!

24.12.22

Felices fiestas

La tregua es necesaria, nos motiva,
le da forma a la paz de nuestro sueño;
como lo humano, es temporal, furtiva
(pero no tiene víctimas ni dueño).
Celebremos estar otra jornada
(con heridas, tal vez, pero completos),
postergando las sombras de la nada,
listos para aceptar los nuevos retos.
Sabemos del amor, de la familia,
de la amistad (sencilla y natural),
del bien que se mantiene en la vigilia
(contra la noche del rencor y el mal).
Por eso, que resuenen las orquestas
del corazón. ¡Salud! ¡Felices fiestas!

15.1.22

Tranquilamente

para Alejandra

Venceremos a tigres y dragones.
No temas descansar; yo velo el sueño
de tu vida (que ignora de traiciones,
que no sabe el temor ni tiene dueño).
Después conocerás que hay piedra y lodo,
y amigos que no son, desconocidos
que ofrecen sin pedir (que lo dan todo),
y adioses (otra vez), y sal y olvidos.
Ahora duerme así, tranquilamente,
con la paz de quien sabe que no hay nada
que pueda amenazarte porque el puente
lo cuida quien te ha dado esa mirada.
Vivir es algo absurdo y exquisito,
promesa y tentación, caricia y grito.

8.1.22

Un soneto de amor

para Alesia

Un soneto de amor simple, ordinario,
como una mariposa sin colores,
sin pretensión de asombro o campanario
y honrado como el sol y sus favores.
Sin metáforas graves ni complejas,
sin palabras arcaicas o estudiadas,
humilde (como un plato de lentejas),
que lleve a algún lugar (como las gradas).
De barro, terrenal, de piedra y lodo,
como el agua (esencial, fresco y ligero),
con el que pueda agradecerte todo
y encender la verdad con que te quiero.
Un soneto de amor correspondido,
por ser, porque serás, por haber sido.

3.1.22

Sea tu vida

para Alejandra

Que del miedo se encarguen los cobardes;
que del sí pero no, los inseguros;
nosotros demolemos en las tardes
y en las mañanas levantamos muros.
Quien tiene voluntad, es luz, resiste;
quien sabe libertades, se rebela;
la alegría es abrazo para el triste,
la paz amor, pero jamás cautela.
Sé leal y paciente, mira, escucha;
mantén el corazón latiendo, avanza;
como la fiera herida, muerde, lucha,
por más que ya no quede ni esperanza.
Sea tu vida asombro, parapeto,
campo de trigo, dignidad, respeto.

6.12.21

Signos y símbolos

a José Antonio Forzán

De signos y de símbolos hiciste
la forma natural de tu mirada;
me niego a ver la luna, que estoy triste
por este azar feroz de todo y nada.
Cuántos caminos ensució la arena,
cuántas palabras sentenció la muerte;
nosotros, que seguimos la faena,
pensamos que existir no es más que suerte.
Ya sé que sabes que vivir es poco
y entiendes y perdonas este engaño;
yo quisiera creer que me equivoco,
que no te has muerto aún, que no te extraño.
¿Será que contra todas las apuestas
encontraste, Forzán, luz y respuestas?

11.6.21

Cuento: Un lugar llamado Estercolero

En un lugar llamado Estercolero
conviven ratas, buitres y gusanos;
arreglan, pactan, manchan con esmero
la razón, la justicia y los veranos.
No está claro qué buscan, mas dan leyes
con las que gozan ensuciando todo,
destruyen con pasión, si hasta los bueyes
agitan las pezuñas en el lodo.
Sucesivas campañas de limpieza
fracasaron irremediablemente;
más popular es siempre la vileza
que el agua dulce y clara de la fuente.
Y así pasan los años... ¿Algún día
la lluvia extirpará la porquería?

9.6.21

Cuento: La zorra, el lobo y las ovejas

Sindicato de ovejas: «Esta tarde
vamos a decidir: o zorra o lobo,
quién no se exprese acá será un cobarde
o acaso un incapaz o al menos bobo».
«La zorra es la mejor, tiene experiencia,
y el lobo es solo un salto hacia el abismo».
«El lobo es superior, tiene consciencia;
con la zorra es sufrir siempre lo mismo».
Y así empezó. Consignas, desconfianzas,
medias verdades, furia, acusaciones.
Se rompieron los pactos, las alianzas,
florecieron intrigas y traiciones.
¿Y la zorra y el lobo? Muy contentos,
¡tragando ovejas y contando cuentos!

6.6.21

Gane quien gane, perdimos

¿Y tanto para qué, para esta nada?
La evocación de ausencias y vacío
nos seca las pupilas, la mirada
se pierde como lágrima en el río.
Se hicieron enemigos los hermanos,
se cometieron tumbas y trincheras,
mandamos a luchar niños y ancianos,
y ocultamos mentiras tras banderas.
Ganaron ellos y perdimos todos.
¿Entenderemos hoy o todavía
nos odiaremos? ¿Hubo acaso modos
de comprender que nada se podía?
Nos engañamos. Es brutal y es triste.
Vamos de nuevo, corazón. Resiste.

27.1.21

Responsabilidad

Es como el que conduce y va borracho;
para mí, que se estrelle contra el muro
o vuele al mar y acabe un mamarracho,
tiene que ver con él y su futuro.
Después de cierta edad es responsable
cada quien de su vida y de sus huesos;
dueño de sí, no puede ser culpable
quien se quiera atorar de miel o a besos.
El problema reside, ciudadanos,
en que están los demás, otras personas;
no nos podemos sacudir las manos
diciendo «no sabía, ¿me perdonas?».
Que complacer la sed por los caminos,
no nos haga verdugos ni asesinos.

24.1.21

para Mercedes, adolescente

Te recuerdo poder y voluntad
(y siendo que te sé, no lo imagino),
mi adolescencia sabe tu verdad,
tu juventud recuerda ese camino.
Tiempos para aceptar el todo o nada,
tardes que consumieron los «acaso»;
se declaró con miedo a tu mirada
la estéril religión del paso a paso.
Nunca jamás se disipó en tus ojos
la fuerza —tu valor adolescente—
que redactó con caracteres rojos
tu lema: «Soy verdad y cuido el puente».
¡Qué tiempos, qué aventura! ¡Qué alegría
que sigas invencible, todavía!

19.1.21

Prever

Los mentiras sagradas, los complejos,
los prejuicios arcaicos confundidos
con el miedo ancestral por los espejos
que nos devuelven lágrimas y ruidos.
La eterna cantaleta de la historia
de los hijos del sol y del futuro,
«yo creo que la hacemos» y la gloria
que «ya está aurita, causa, te lo juro».
Los mismos de ese «todo para nada»,
del «casi», del «mañana», «te prometo»,
«faltó suerte», «la cosa está arreglada»,
del «¿Sabes con quién hablas? Más respeto».
¿Dónde creen que vamos, ciudadanos,
con tanta sangre y mugre en nuestras manos?

16.1.21

p entonces q

Fue nuestro voto, fue la caravana
de siempre, y esas reglas amarillas
de «porque sí, porque me da la gana»
con las que se manejan las pandillas.
Nosotros los pusimos o dejamos
que llegaran allí («¡no me interesa!»).
¿Y ahora cómo hacemos? No hay reclamos
ni podemos decir que fue sorpresa.
Ellos son el reflejo de los vicios
de una moral vacía y mequetrefe,
del «tome, para usté, por sus servicios,
cómo arreglamos, porfa, ya pe jefe...».
Si mejoramos todos, compatriotas,
¡no nos gobernarán tantos idiotas!

15.1.21

Conferencia de prensa

«¡Santa Rita de Casia, un marihuano!
Qué horror, qué sin razón, qué mala broma.
¡Y es padre de la patria! ¡Qué pagano!
Seguro que es un hijo de Sodoma.
Tenemos que llamar a Comisión,
investigar sus dichos; sus acciones
pudieran ser punibles... La adicción
convierte a nuestros hijos en ladrones.
Nosotros, congresistas valerosos,
honestos e inocentes como Adán,
sentimos asco frente a los viciosos
que fuman hierba (¡cosa de Satán!)...
¿De qué corruptos me habla, periodista?
¡No sea impertinente ni anarquista!»

14.1.21

Dice el conspiranoico:

«La pandemia no existe, la pandemia
no es otra cosa que un infame engaño,
producto del rencor, de esa blafemia
de quienes quieren —¡Dios!— hacerte daño.
Pero nosotros somos los guardianes
contra el demonio y las conspiraciones
de abortistas, poetas, charlatanes,
comunistas, lesbianas y masones.
Es tan solo una gripe, ¡yo lo sé!,
pero Bill Gates y Soros, ¡qué maldad!,
tienen un chip y con el 5G
quieren esclavizar la humanidad.
¡Ivermectina y no te pasa nada!
Mami no tose más, y está callada...».

8.1.21

8 de enero

Sabemos de esa noche, de la estrella,
de la música —incendio y maravilla—,
del camino en el mar —duro y sin huella—,
del agua que a las piedras vuelve arcilla.
Sin embargo nos queda (por la prisa
tiende a olvidarlo el soplo de las tardes)
la victoria del bien —que en tu sonrisa
fue más que todo el ser de los cobardes—.
Me caminan los años por los huesos,
pero la vida insiste si es contigo,
porque me libran del horror tus besos,
y del frío tu ser alma y abrigo.
Por ti mi corazón halla su espacio
ni muy rápido, amor, ni muy despacio.

6.1.21

Carlos

                   para Carlos Aránguiz Zúñiga, invicto

Somos un poco menos sin tu risa,
sin esa claridad que en tu mirada
se burlaba del miedo y de su prisa,
deshacía el puñal de la emboscada.
Se ha oscurecido el mundo y, de repente,
lleva más piedras —más temor— el viaje,
pero aquí estamos, defendiendo el puente,
por eso de tu paz y tu coraje.
No sé si existe Dios —que debería—,
si hay un lugar contigo —que debiera—;
déjame atrincherarme en la alegría
de tu amistad de hermano y primavera.
Nunca pudieron, la maldad ni el trueno,
nublar tu luz amable de hombre bueno.

3.1.21

para Alejandra

Serenidad, paciencia, temple, calma...
Sí, claro, es lo ideal y ojalá sea,
pero si quieren maltratarte el alma
o el corazón, levántate y pelea.
Que guardes formas, hábitos y modos
que sean justos, me parece un sueño;
mas, si no son las reglas para todos,
rebélate que tú no tienes dueño.
Con cada «no» te marcarán de loca,
de fácil o de histérica o de bruja;
no te dejes —jamás— tapar la boca
ni aceptes la prisión de una burbuja.
Antes que ser el miedo que se calla,
sé la revolución y su batalla.

31.12.20

Celebremos

No solo fue desgracias; los caminos
viene y van —lo sabe la memoria—,
si esconden traficantes y asesinos,
también son causa de emoción y gloria.
Solo es estéril lo que nada enseña,
solo es inútil el que nunca aprende;
quien no entendió la fe del santo y seña,
jamás descifrará la voz del duende.
Celebremos la vida, paradoja
de ser para no ser; que en el pantano
—como ese criminal que al bien aloja—
la podredumbre es germen del verano.
Diciembre es la traición del bucanero;
¿la revancha de quién nos guarda enero?

24.12.20

Navidad

Por la idea ancestral de que los malos
no ganarán por esta noche, al menos;
por la paz y el amor, esos regalos
que hacen mejores de los hombres buenos.
Por los que arriesgan todo por la gente
sin preguntarle nombres ni banderas;
por esa vida que en mitad del puente
defiende las futuras primaveras.
Por la familia, porque la distancia
tan solo es espejismo, geografía;
por los amigos, porque su constancia
nos llena el corazón de valentía.
Por el niño que somos, por la edad
de la ilusión y el juego, Navidad.

5.10.20

Tu abuela

Supieron arañarle la dulzura 
(nadie es inmune al golpe ni al canalla), 
no obstante continuó, y andando a oscuras 
fue paz y luz y abrigo en las batallas. 
Te pueden embargar piedra y ladrillo, 
pero el cariño no, si es verdadero. 
Demudó octubres, fiebres y cuchillos, 
porque soñó tu voz bailando eneros. 
La mejor de nosotros. Que su paso 
sea la marca por la que se atreva
tu caminar. Recuerda, los fracasos
son de los que se esconden en las cuevas. 
Entiende que eres parte de una historia 
llena de amor, el sol de las victorias. 

29.9.20

Una vez más

Una vez más, aurora, me saludas 
con esa indiferencia que los años
nos envolvieron de ilusiones mudas
como dos íntimos —ya ves— y extraños.
Nos debemos las páginas, los sueños,
los últimos silencios, la fragancia
de los que existen ávidos, sin dueños,
en la intrínseca fe de la distancia.
Si amanecemos juntos, celebremos
que el mar aún ordena travesías,
que las velas aguantan, que los remos
no conocen traición ni cobardías.
Una vez más, por eso del futuro,
seamos luz, azote de lo oscuro.


14.9.20

Nostalgias

para Paloma

Es un poco más frío este verano,
las mañanas más cortas y los días
se inclinan para atrás; lo cotidiano
tiene las manos secas o vacías.
Se conservan los pasos, la distancia
se pone, sin embargo, más hambrienta
de recuerdos y vuelve hasta a la infancia
pero es distinta, más sutil, más lenta.
Una fisura imperceptible y leve
comienza a acariciarnos. La memoria
dirige su mirada hacia la nieve
que delicada cubre nuestra historia.
Se rinde el sol, la tarde sin apuro
deshace la ilusión, niebla el futuro.

1.6.20

Sueño prohibido

Nada importa quién soy, he renunciado
—sin demasiado esfuerzo— a la batalla
del orgullo. Futuro ni pasado
me conmueven, tampoco la medalla.
Dejé mi vanidad en las esquinas
de aquella juventud —a sangre y fuego—;
pues me enseñaron lágrimas y ruinas
más que la cima, la ocasión y el juego.
Me da curiosidad lo que me queda,
ni angustia ni ilusión —ya para qué—,
da vueltas en el aire la moneda
con probabilidades —no con fe—.
¡Gracias por tanto amor! Sueño prohibido
que adormece la pena y el olvido.



22.11.19

Presunción de inocencia

Aprendí que el Estado de Derecho
significa el imperio de la ley,
donde ninguno obtiene más provecho
y nadie es explotado como un buey.
Todos nacemos libres, ciudadanos,
y la constitución, norma primera,
protege nuestra condición de humanos
frente a los atropellos de cualquiera.
Por eso hay que cuidar que la justicia
no se convierta en arma de venganza
o en moneda o favor que beneficia
la corrupción, el crimen, la acechanza.
Defender en voz alta que la gente
se presume —¡comprendan!— inocente.

19.11.19

Cenicientos

La vida transcurrió sin darnos cuenta
(de cualquier forma dimos más de un paso),
fuimos madrastra (a veces Cenicienta),
pagamos el seguro (por si acaso).
Labios cobardes (que nos atrevimos),
valientes almas (que temblaron besos),
devoramos las uvas en racimos
y ahora somos sed (hasta en los huesos).
Que nadie se lamente de estar vivo
(la oficina de quejas no abrió nunca);
si alguno no encontró piedra o motivo,
comprenda de una vez: Todo se trunca.
Si alguien dice que no nos reconoce,
sea paciente (aún no dan las doce).

18.11.19

A esta edad

a Mario Bragagnini, mi otro hermano,
por este medio siglo.

A esta edad se acumulan los fracasos
(y no te sientas mal, es lo que toca),
se hacen más lentos digestión y pasos,
tiene más hambre —y otra sed— la boca.
Las horas se hacen breves. El invierno
muerde sin ilusión, tan prepotente,
que le arranca las hojas al cuaderno
y envenena las aguas de la fuente.
Mirar atrás no sirve para nada
(ya no tiene valor que te arrepientas),
de burlar tantas veces la emboscada
terminamos al pie de las tormentas.
Si algunos extraviaron el camino,
nosotros no; que espere el asesino.

16.11.19

Cuidado, buitres...

Está claro que son agitadores
que elevan la violencia al paroxismo,
políticos sin alma, estafadores,
a quienes la verdad les da lo mismo.
Está claro que son indiferentes
a los que la miseria y el trabajo
jamás les importó, son malas gentes
que explotan a los pobres a destajo.
Extremos de la misma porquería,
almas de hiel, cobardes, inhumanos
que buscan secuestrarnos la alegría,
del odio y egoísmo cortesanos.
Escarnecer al pueblo es imprudencia;
tarde o temprano pierde la paciencia.

10.11.19

Domingo

Los domingos, señor, son para el diablo
—no el de los cuernos ni la infame cola—,
la bestia azul (y sabes de lo que hablo)
no es inmortal y nunca viaja sola.
Son tardes de sopor. Lo inteligente
fuera dormir, pero el silencio asusta.
No queda ni la sed por lo imprudente
ni la fiebre por una causa justa.
No hallan un borde los acantilados
donde poder asirse a la esperanza,
la vida muerde, sangran los costados,
la vieja tentación baila su danza.
Sí, los domingos guardan algo triste;
mañana será lunes. Tú resiste.

6.11.19

La justicia es verdad

Hace mal la justicia que no avanza
librando la nación del criminal;
que teme, al fin, romper ese cristal
de impunidad, por miedo o desconfianza.

Hace más daño aún cuando es venganza
o es un arreglo infame y personal
o forma de librarse del rival,
emboscada, ambición, burla o tardanza.

La justicia es verdad; sus responsables
no olviden lo importante por lo urgente,
tienen que ser valientes y honorables.

Un hombre justo —¡y uno es suficiente!—
prefiere liberar a cien culpables
antes que condenar a un inocente.

5.11.19

Que he de ser polvo, como tú, si muero

​Alguna vez Quevedo —acontecido
por esto de la herencia castellana—
buscó —my God!— la fuerza y el sentido
writing in English —lengua prima hermana—.
«Powerful Lord...», se le enredó la rima;
«may blind my eyes...», se le antojó una idea;
«will became ash...», se le escapaba el clima;
«Is mister Money...», la ancestral pelea.
Maybe to simple fue el idioma tal
para Francisco (y todo quedó en nada);
regresó al español. Se hizo inmortal:
«Quiere en las venas del inglés tu espada».
Fue toda su verdad, decirlo es must:
«That if I die, like you, I will be dust».

El último verso (traducido al inglés por Nicolás Möller Poulsen) es de Francisco de Quevedo y lo propuso Pedro M. Villa Isorna como reto en el sitio «Jornada mensual de sonetos», en Facebook. Esta es mi respuesta. El verso número doce también es de Quevedo. 

4.11.19

Azar no es arrojar una moneda

​Es rendirse al amor a ojos cerrados,
confiarle «ese secreto» a los amigos,
creer que para el hambre bastan trigos
sin importar si están envenenados.

Es encargar la paz a los soldados,
dar las espaldas a los enemigos,
confiar en que los cuervos son testigos
que van a convencer a los jurados.

Es caminar —audaz— sobre los mares,
tentar la cuadratura de la rueda,
compartir el almuerzo con jaguares.

Es incendiar la paz de la alameda
y acariciarte en todos los lugares;
«azar no es arrojar una moneda».

El último verso es de Jorge Boccanera y lo propuso Alejo Gabriel Steimberg como reto en el sitio «Jornada mensual de sonetos», que tiene un espacio en Facebook. Este es mi soneto de respuesta. 

3.11.19

Hemos abandonado esta jornada

Por esto de no ser (y ser de todo)
—buscando la razón inexistente—
lo hicimos —sin hacer un acomodo—,
bebimos de la sed —última fuente—.
Poblamos de silencio las orquestas,
y arrogantes pusimos —todas juntas—
las cenizas de todas las respuestas
que ardieron sin hablar con las preguntas.
Ninguno quedará; la vida es corta.
Las moscas vencerán a los leones.
Nada nos hiere, nada nos importa.
No existen planes, huellas ni razones.
Despacio, sutilmente, grada a grada,
«hemos abandonado esta jornada».

El último verso es de Paula Abramo y lo propuso como reto en el sitio «Jornada mensual de sonetos», que tiene un espacio en Facebook. Este es mi soneto de respuesta. 

5.10.19

Mamá

Y la vida siguió, como si nada.
Todo anduvo normal y hacia el abismo
ninguno se inclinó. La carcajada
fue tan solo temor, nunca egoísmo.
Cada quien continuó con sus tareas
sin dar explicaciones. La rutina
nos cobijó —como hacen las mareas—
con su repetición y disciplina.
Me he olvidado de tantos. Tú resistes
porque al final, de todos los abrazos,
solo los tuyos salvan noches tristes,
desilusión, traiciones y portazos.
No te pido perdón. Sé que sabías
que en ti aprendí de auroras y alegrías.


25.8.19

Papá

Se reduce tu voz en la memoria;
de tu ritual y noble carcajada
queda la imitación —torpe y gastada—
que soy —sin tu nobleza ni tu historia—.

La vida es una pausa. Transitoria
la excomunión del hombre de esa nada
que somos. Llevo aún —de tu mirada—
restos de ganas, luces de victoria.

Ya no abrigo respuestas, pero vivo
con esa tentación —loca y profeta—
de comprender la causa y tu motivo:

Tengo amigos, amor, familia inquieta
que me sabe querer; vivo cautivo
de la risa —¡la nuestra!— de tu nieta.

12.5.19

Te debo el ser

Nunca supe decir cuánto te amaba
—no sirven el lamento ni el reproche—;
sin ilusión escucharé la aldaba
—no guarda amaneceres esta noche—.
Construyo tu recuerdo con memorias
que le robo —de insomnios— al olvido;
comienzo a envejecer, pocas victorias
me quedan —lo demás, se ha vuelto ruido—.
No sé extrañar; cuando el amor existe
la nostalgia es inútil. Me acompañas
—junto con él—. Mi forma de estar triste
fue siempre celebrar luz y mañanas.
Te debo el ser. Perdona mis espinas,
mis lobos, mis tormentas, mis esquinas.

26.3.19

Minimizando

En tiempos de interné la poesía
requiere de expresiones taquigráficas,
cambiar explicación por brevería
(mejor aún por muestras fotográficas).
No more than seven seconds de atención
dice un gurú de aquellos que you think,
¡pobre la caja de televisión
tan sin presente y and about to sink!
La quatrain ha de ser nuestro seguro,
que una cuarteta dura lo tan poco
to be —thanks— fully read sin el apuro
del impaciente que se vuelve loco.
¿Tiene salvation el —so long!— soneto?
I doubt. My gosh! ¡Qué falta de respeto!

22.3.19

Suficiente

Dejé los chocolates y las flores
—que agacharme por ellas, me escocía—,
por eso de los "pájaros cantores",
largué —no sin dolor— la poesía.
Relegué las tortillas y los panes
porque la harina —ya— nos hace mal;
me liberé de sabios y haraganes
—que complican la vida por igual—.
Me deshice de normas y tabúes,
prejuicios, taras, leyes de la ciencia,
los postres de la abuela, los tutúes
y el incómodo dios de la conciencia.
Todo por ti —por zafio, por caliente—,
«espero que resulte suficiente».

El último verso es de Alexis Díaz Pimienta y fue Nicolás Möller quien lo propuso como reto en el sitio «Jornada mensual de sonetos», que tiene un espacio en Facebook. Este es mi soneto de respuesta. 

8.3.19

8 de marzo

Que el miedo nunca sepa tu camino;
por más que insista, tú, mantenlo lejos; 
que cuando venga, torpe y asesino,
no encuentre cómplices en tus espejos.
Aléjate, serena, convencida
de que luchar por ti vale la pena;
recuerda que en el reino de tu vida
ninguno, sino tú, manda y ordena.
Que el temor no decida. Cuantas veces
lo creas necesario, corta el nudo.
No escuches las palabras de los jueces
de corazón podrido. Sé tu escudo.
Cuida la libertad, esa trinchera
que defendemos juntos, compañera.

31.12.18

Para Alejandra

Miras el mar y estás como encantada
cada vez que devuelve la marea
la historia de mis padres. Tu pisada
revive, sin saber, nuestra odisea.
Diciembre es para ti palabra y sueño,
la playa es —a tus pies— arena y olas;
bailas con libertad —sin dios ni dueño—,
reina de girasoles y amapolas.
Contigo enero vuelve a ser distinto,
la vida anuncia y el dolor se calla,
la solidaridad vence al instinto,
se llena de esperanza la batalla.
Que nunca te seduzca la derrota,
piel de futuro y alma de gaviota.

29.9.18

49

Duermes como si nadie te acechara,
con la indecente paz de tu niñez,
te protegen el sol, la luna clara
y ese gesto inocente de altivez.
Los años, las renuncias y las sombras
te alcanzarán, pero no importa hoy día;
cada palabra con la que me nombras
difumina el dolor con alegría.
Todo será ceniza, polvo y viento;
como mis padres, yo seré del mar.
Tú eres mi herencia, todo lo que siento
tiene que ver con el amor y amar.
Hoy celebro la piel de tu existencia,
tu madre y tú me salvan de la ausencia.

14.5.18

Victoria

Aquella vez, tus ojos —lo sabemos—
pronunciaron «adiós», porque tu boca
nunca lo hubiera dicho. Nuestros remos
no se rinden, se parten en la roca.
No te quiero extrañar —nunca lo extraño—,
los llevo hasta el final, ciertos y vivos.
Se equivoca quien piensa que hace daño
ser todo corazón —amor— motivos.
¿Quién no arrastra baúles de tristeza?
Tú, luchadora inmensa, nos dirías:
«Nada de caras largas, la belleza
nace de ser y estar todos los días».
Tu nombre es mi ilusión y mi sentido;
no existen, madre, el miedo ni el olvido.

5.10.17

Siempre octubre es enero

Sé que agosto persigue tu memoria
(dime que sí, que vuela, que no miento).
La lluvia sin tus ojos no es historia;
me inunda recordarte. Piedra y viento.
Busqué entender la luz (muerdo el ocaso).
Nos desvanece el tiempo, te derrumbas.
Tu risa me consuela cuando paso
junto al mar de invisibles catacumbas.
Te debo mi valor (si es que me alcanza),
mi generosidad (la sed y el río),
la serena misión de la esperanza
(con mis alas partidas y al vacío).
No tengo que decir cuánto te quiero;
cinco de octubre es —siempre— tres de enero.

21.7.17

El soneto

Es un burdo puñal y es la caricia
de una dama gentil o es cualquier cosa
que vaya del amor a la avaricia,
con sed de abismos e ilusión de rosa.
Es una trampa y un lugar sagrado,
nos obliga a volver y nos rechaza,
promete recordar y, enamorado,
nos olvida en augurios y amenaza.
Es el límite abierto al infinito,
la puerta a la razón y su locura,
las posibilidades de lo escrito,
la inútil ambición de la escritura. 
Es un infame digno de respeto;
Señor de nuestras dudas, el soneto.

18.1.17

No sé cómo se llama

Hay una sensación en el ambiente
que causa resquemor, ansias, desvelo,
terciana, escalofrío, desconsuelo
y agotamiento súbito de mente.

Hace un apasionado del renuente
(primera vez que digo y lo revelo)
por órdenes que manda el cerebelo
—feraz— al corazón impertinente.

Después, toda la piel se crispa, brama,
y una flor se convierte en una roca
y un pétalo se anuncia, tronco y rama.

Aquello que nos pierde y equivoca,
confieso que no sé cómo se llama
(lo sabe quien ha andado en otra boca).


En Facebook existe el grupo «Jornada mensual de sonetos» en el que algunas veces participo y allí se lanzó el reto de escribir un soneto con las ocho primeras rimas propuestas y obligatorias.

11.11.16

Los bárbaros

Los bárbaros tendrán voces de nuevo,
volverán sus capuchas, sus antorchas,
la histeria desatada, los infiernos
de las cruces ardiendo en las auroras.

Ya tienen capitán, sed, privilegios,
complejos que saldar, ventanas sordas,
iluminados de resentimientos
van escupiendo su rencor idiota.

Abriremos trincheras. El silencio
será vergüenza cómplice y traidora.
Nos pondremos de pie frente a los cuervos.

La paz de los abuelos está rota.
¡Vamos a cabalgar sobre los miedos,
que somos el futuro y su victoria!

18.10.16

«Gloria a la cucaracha que fastidia»

«Gloria a la cucaracha que fastidia»
y a la hormiga constante —pertinaz—,
gloria a la pulga en su ritual perfidia
y a la rata bubónica y audaz.
Gloria al volcán que ruge con descaro
y al huracán que arranca las raíces,
gloria a los cataclismos y gloria, claro,
a sus temblores suaves y aprendices.
Gloria a las bombas y a la guerra absurda
con que se matan hombres y mujeres,
gloria al rencor y a la venganza burda
que hoy parece el placer de los placeres.
Con tanta mala leche en nuestra historia,
no hay mejor escondite que la gloria.


En Facebook existe el grupo «Jornada mensual de sonetos» en el que algunas veces participo y allí se lanzó el reto de escribir un soneto con el pie (cabeza en este caso) que se menciona en el título.

29.9.16

47

Te recuerdo, mamá —querida y noble—, 
manos de pan y corazón urgente. 
Te mantienes, papá —vértigo y roble—, 
mármol quebrado —tierno, irreverente—. 
La arena avanza, casi dulce y quieta, 
nada conmueven lágrimas ni exceso, 
la sed no alcanza ni el dolor respeta 
la piel del niño que llevamos preso. 
Todo se acaba, menos el vacío, 
todo se puede, menos regresar;
la existencia —lo sé— va como un río 
que se abandona para hacerse mar. 
No comprende temores ni tristeza
quien abraza al amor y su belleza.